En su libro “Cambia tu cerebro, cambia tu vida”, el Dr. Daniel Amen explica cómo funciona el cerebro y brinda recomendaciones para optimizar su uso, logrando así una mejor salud y bienestar. Amen utiliza para el estudio del cerebro una prueba diagnóstica de medicina nuclear denominada SPECT (Single Photon Emission Computed Tomography, tomografía computarizada por emisión de fotones individuales). Estas pruebas físicas han permitido demostrar que los fenómenos que se consideraban puramente psicológicos, tienen su correlato en patrones cerebrales que se pueden visualizar. La información que generan estos estudios permite neuroeducar al público, haciendo evidentes los efectos que producen en el cerebro el abuso de drogas, las lesiones en la cabeza e incluso, los pensamientos negativos. Amen presenta cinco de los sistemas cerebrales que intervienen estrechamente en nuestra conducta:
1 | Sistémica límbico profundo | • Es el centro de control de la vinculación afectiva y el estado de ánimo. • Cuando esta parte del cerebro presenta problemas, surge la negatividad y la inestabilidad del ánimo. • Para los seres humanos, estar conectados con los demás es esencial. • Rodearse de gente positiva es fundamental para la salud del sistema límbico profundo. |
2 | Ganglios basales | • Están implicados en la conducta motora. • Cuando esta zona trabaja demasiado, la consecuencia suele ser la ansiedad, el pánico, el miedo y la evitación de conflictos. • Si esta zona está muy activa, se genera vulnerabilidad y nerviosisimo. • Si está insuficientemente activa, aparecen los problemas de concentración. |
3 | Corteza prefrontal | • Es el responsable de las funciones ejecutivas del cerebro humano: nos ayuda a centrarnos, hacer planes, controlar los impulsos y tomar decisiones. • La baja actividad en esta parte del cerebro genera problemas de atención, concentración, organización y capacidad de seguimiento. • Se puede aprender a activar la corteza prefrontal para lograr una mejor gestión de uno mismo. |
4 | Sistema cingulado | • Nos permite cambiar la atención de una idea a otra y de una conducta a otra. • Cuando se produce un exceso de actividad en el sistema cingulado, la persona se puede quedar atascada en bucles de pensamiento o comportamiento, por lo cual, entender cómo funciona nos permite tratar las preocupaciones repetitivas y la rigidez. |
5 | Lóbulos temporales | • Intervienen en la memoria, la comprensión del lenguaje, el reconocimiento facial y el control del temperamento. • Cuando hay problemas en los lóbulos temporales, la persona tiene mayor tendencia a la explosiones temperamentales, cambios de humor repentinos y dificultades de memoria y aprendizaje. • Aprender a gestionar esta parte del cerebro nos puede ayudar a generar paz interior. |
¿Qué podemos hacer para mejorar el funcionamiento del sistema límbico profundo?
El sistema límbico profundo interviene en el establecimiento del tono emocional. Nuestro estado de ánimo está totalmente vinculado al tipo de pensamientos que tenemos. Las personas negativas y depresivas tienes un pensamiento desalentador, uno tras otro, padecen de lo que se denomina pensamientos negativos automáticos (PNA) que se retroalimentan en forma de bucle. Ejemplo de PNA (pensamientos negativos automáticos):
- No va a funcionar, seguro algo saldrá mal
- Debería haberlo hecho mejor, no sirvo para nada.
- De casualidad salió bien, suerte de principiante.
- Nunca me va a escuchar.
- No sirvo para esto, nunca tendré éxito.
La mayoría de las personas desconoce que cada uno de sus pensamientos envía señales eléctricas a todo el cerebro: los pensamientos tienen propiedades físicas y terminan influyendo en cada una de las células del cuerpo.
¿Cómo transformar los pensamientos negativos en positivos?
Lo que hagamos a lo largo del día con nuestra mente y pensamientos, influye en lo felices y eficientes que podamos ser, por ello es muy importante que aprendamos a observar y distinguir los pensamientos que tenemos, lo cual implica un trabajo de atención consciente. Lo que no se atiende no se procesa, por lo cual, trabajar sobre los pensamientos negativos requiere un esfuerzo voluntario de atención. A continuación, sugerimos algunas técnicas para mejorar el funcionamiento del sistema límbico, gestionando nuestros pensamientos:
1- Replicar los pensamientos negativos. Escribir los pensamientos negativos para sacarles fuerza, cuestionando o deshaciendo el argumento o idea que sostenemos, contribuye con el buen funcionamiento del sistema límbico. Ejemplo:
Pensamiento negativo | Mi jefe no me presta atención |
Replica | Mi jefe me presta atención cuando voy preparado con un breve punteo de temas para conversar. Mi jefe me escucha cuando le pido una reunión con anticipación. |
2- Usar lenguaje positivo. Elegir unas palabras y no otras, puede contribuir a bajar nuestro nivel de ansiedad e impactar positivamente en nuestra salud emocional. Luis Castellanos, experto y pionero en el estudio del llamado lenguaje positivo, afirma: “construimos nuestras vidas a través del lenguaje, por medio de las cosas que nos decimos. Cuando el lenguaje que utilizamos es positivo, generamos una mirada apreciativa de los acontecimientos, por lo cual es clave estar atentos a las palabras que utilizamos”. Una simple frase, puede cambiar nuestra predisposición emocional por completo, por ejemplo:
-
- ¡No logré lo que quería!
- ¡No logré lo que quería… todavía…!
- El uso del adverbio “todavía” nos conecta con el optimismo y la proactividad.
- ¡Es imposible!
- ¡Es muy desafiante!
La misma situación puede tener dos interpretaciones diferentes, lo cual impacta directamente en nuestras emociones y capacidad de acción.
3- Evitar las distorsiones cognitivas Las distorsiones cognitivas son patrones de pensamiento que nos hacen ver la realidad de manera inexacta, generalmente negativa. El uso de adverbios como: siempre, nunca, todo o nada, genera una errónea interpretación de los hechos y de las personas, impactando en nuestros vínculos, por ejemplo, en la confianza que tenemos en los demás. Una forma de neutralizar el efecto nocivo de una distorsión cognitiva es, al identificarlas (tanto si las decimos o las escuchamos) formular preguntas que cuestionen la veracidad de la mismas.
Siempre hacés lo mismo | ¿Siempre hacés lo mismo? ¿Alguna vez hiciste algo diferente? |
Nunca me ayudás cuando te lo pido | ¿Nunca me ayudás cuando te lo pido? ¿Alguna vez te pedí ayuda y me la diste? |
Todo funciona mal | ¿Todo funciona mal? ¿Hay algo que funcione bien? |
Bibliografía
AMEN, D. D. G. (2023). Cambia tu cerebro, cambia tu cuerpo. Editorial Sirio SA.
Castellanos, L., Yoldi, D., & Hidalgo, J. L. (2016). La ciencia del lenguaje positivo. Cómo nos cambian las palabras que elegimos. Barcelona: Editorial Paidós.
Artículo Hablar en positivo mejora la salud – https://www.larazon.es/atusalud/salud/hablar-en-positivo-mejora-la-salud-HC19391745/